VIAJE A SOLOLÁ

María del Rosario Mazariegos Buezo


Guatemala no deja de sorprenderme, a menudo se cruzan a mis oídos los famosos comentarios “en Guatemala no hay buenos artistas, el teatro está en decadencia, se necesita salir del país para hacer buen teatro, etc.” Y voy encontrando tan esperado en los lugares más inesperados.
El viernes 24 de octubre, tomé mis maletas a las 5am y agarré camino a algo que nunca había conocido antes, tal vez una que otra idea, pero no sabía qué esperar, sólo me encontraba tranquila, esperando llegar a mi destino. Lo único que sabía es que Armadillo es genial, al igual que Sotzi´l.
Estaba un poco estresada porque  carezco de paciencia y tiendo a ser exageradamente puntual, y yo sabía que la programación del viaje estaba muy corrida, y sabía que no estaríamos puntuales en las sedes, pero aun así, decidí dejar a un lado mi impaciencia y fluir con la corriente.
Llegamos a la primera sede del grupo “ChumbalaCachumbala”, dos peculiares personajes, una mujer que se hacía llamar Teca y un velludo hombre de origen italiano con unos bigotes caricaturescos nos dieron la bienvenida con un delicioso plato de ensalada y fresco de Jamaica y tamarindo. Mientras esperábamos a Guillermo Santillana, disfrutamos de la merienda y una vez llegó, corrimos a colocarnos en posición de escucha y tomé una actitud de discípulo dispuesta a escuchar a grandes maestros, no quería preguntar, no quería interrumpir, solo me quedé sentada en silencio, no tenía nada que hablar, hablar u opinar me parecía agresivo, pero aun así sentía la obligación de hacerlo por protocolo universitario, pero recordé que los protocolos no van conmigo, así que me quedé acomodada en mi asiento, escuchando la divertida historia de esta pareja que le daba vida a los seres inertes y de sus anécdotas de cómo el ser humano se ve reflejado a través de estos muñecos y descargan sus emociones en ellos. Miles de creativas historias con moralejas, cargadas de estética y color fueron envolviéndome en un mundo didáctico y fantástico.
Teca culminó con su historia y le llegó el turno a Guillermo Santillana, cofundador del grupo Armadillo, escuchar a Guillermo era simplemente un deleite, alguien tan joven y conocedor es digno de admirar, y al mismo tiempo nos llevó al otro extremo de donde Teca nos dejó, él trabajaba contrario a ChumbalaCachumbala, él no busca “pensar en un mensaje” sino que busca trabajar emociones y sensaciones, el no clasifica a su público, ni los juzga.  Guillermo es un joven apasionado que se adapta a las comunidades a donde vaya y siempre está receptivo, él nunca toma postura de maestro ya que está consciente que a este mundo vino a aprender todo lo que pueda de cualquier lugar que visite, y a mi parecer es una característica que lo hace el artista que es.

Al culminar nuestra visita con ChumbalaCachumbala y Armadillo nos tocó correr bajo la lluvia para visitar a Sotzil. Un viaje de unos 40 min en carro nos llevó a la sede de Sotzil, cansados por la visita anterior y empapados nos adentramos a este increíble lugar, en donde me sentí más conectada que nunca con mis raíces latinas.
Me sorprendió la actitud tímida y “fregona” del grupo, y me causó mucha curiosidad el ver a una sola mujer, tuve el impulso de preguntarle qué se sentía trabajar sólo con hombres y si ella creía que la energía era igual no importando el género, pero no sabía si ellos eran todo el grupo. Me contuve a las preguntas y decidí escucharlos, me era difícil porque pensaba en mi ropa mojada y el frío, pero no podía dejar de sentir esta admiración de ver a gente que ha llegado a lugares en donde yo apenas me encuentro a la mitad del camino. Los miraba y pensaba que yo podía llegar a alcanzar esos niveles de energía y podía tener esa conexión con la tierra y sentía una necesidad de poder culminar con la “academia” para tener todo el tiempo del mundo y experimentar en diferentes áreas energéticas.

Terminando con Sotzil nos dirigimos al grupo final, en San Jorge la Laguna, un grupo de la comunidad que ha trabajado duro y ha indagado en el mundo de la actuación y de las danzas folklóricas para llegar a un montaje con demasiada calidad actoral, energética, plástica, etc. A pesar del sueño, del cansancio y frío, no podía dejar de sentirme profundamente agradecida con este grupo que había estado meses ensayando un increíble montaje que para ellos “aún no estaba terminado” y para mi estaba más que completo, agradecí tanto al fin ver un montaje donde todos estuvieran en sintonía, con la misma fuerza, la misma energía, los mismos matices, todos los actores estaban al mismo nivel. Y sin dejar atrás la elaboración de máscaras y la experimentación con diferentes instrumentos. 

Este viaje sin duda me abrió los ojos a un mundo nuevo de posibilidades dentro de mi país, a gente digna de admirar, escuchar e imitar.

Estaré profundamente agradecida con esta clase y todo lo que llegué a aprender y la gente que llegué a conocer, a pesar de los egos elevados, los venenazos de gente con mente reduccionista, y un sinfín de problemas que existen y seguirán existiendo en el mundo del teatro, nunca antes he estado más convencida, que donde está lo opuesto a esto, donde hay humildad, amor, compañerismo, empatía, etcétera, ahí es donde se hace verdadero arte.


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